Una sociedad anónima es una empresa que se caracteriza por tener capital social dividido en acciones, las cuales son propiedad de los accionistas que las adquieren al momento de realizar una inversión en la empresa. Las acciones de una sociedad anónima pueden ser nominativas, al portador o mixtas.
Las acciones nominativas son aquellas que se emiten a nombre de una persona específica, lo cual permite tener un mayor control sobre la titularidad de las acciones. Por otro lado, las acciones al portador son aquellas que no tienen un propietario determinado, ya que el accionista se identifica mediante un título físico que puede ser transferido a otra persona sin necesidad de notificar a la empresa. Las acciones mixtas combinan ambas modalidades, emitiendo títulos que pueden ser nominativos o al portador.
Las acciones de una sociedad anónima pueden ser objeto de negociación en bolsa, lo cual significa que pueden ser compradas y vendidas en el mercado de valores. Este proceso se realiza a través de intermediarios financieros como corredores de bolsa o casas de bolsa, quienes cumplen el papel de facilitar las transacciones entre compradores y vendedores. Las acciones también pueden ser objeto de acuerdos privados, en los que los accionistas acuerdan entre sí la compra o venta de títulos de manera directa sin necesidad de utilizar una bolsa de valores.
En conclusión, las acciones de una sociedad anónima pueden presentar diferentes modalidades y formas de negociación, lo que brinda flexibilidad a los accionistas en cuanto a la adquisición y enajenación de sus títulos. Además, la posibilidad de negociar en bolsa permite una mayor liquidez y transparencia en el mercado de valores.