La razón principal por la que la distancia mínima entre el conductor y el volante debe ser de 25 cm es por motivos de seguridad y comodidad durante la conducción. Cuando el conductor se encuentra en una posición demasiado cerca del volante, puede dificultar la correcta manipulación del volante, lo que puede aumentar el riesgo de accidentes de tráfico y consecuentemente, poner en peligro la vida del conductor y otros conductores.
Otro factor que influye en la separación mínima del conductor y el volante es la importancia de contar con un buen control del vehículo mientras se conduce. Estar demasiado cerca del volante no permite un adecuado movimiento de la cintura y puede impedir una frenada adecuada en caso de una emergencia. Además, una posición demasiado cercana al volante puede causar molestias físicas y dolores crónicos en la espalda y cuello.
La distancia mínima de 25 cm entre el conductor y el volante contribuye a un volante más ligero y una posición cómoda y segura que, a su vez, permite una mejor visibilidad, menor fatiga y una postura más relajada del conductor.
En resumen, la distancia mínima entre el conductor y el volante debe ser de 25 centímetros para garantizar la seguridad y comodidad durante la conducción, evitar posibles accidentes de tráfico y reducir la probabilidad de lesiones corporales en los conductores.