Las luces de cruce son uno de los elementos más importantes de seguridad en nuestros vehículos, ya que nos permiten ver y ser vistos en situaciones de baja visibilidad. En algunos países, es obligatorio llevarlas encendidas en todo momento, incluso durante el día. Pero, ¿por qué?
La respuesta es muy sencilla: para mejorar la visibilidad en la carretera y reducir el riesgo de accidentes. Al llevar las luces de cruce encendidas, se hace más fácil distinguir los otros vehículos y se aumenta la distancia de frenado. Además, en días nublados, con lluvia o nieve, la luz natural que llega al parabrisas es insuficiente para que los demás vehículos puedan ver nuestro coche.
Según el Reglamento General de Circulación de España, es obligatorio llevar las luces de cruce encendidas en situaciones de baja visibilidad, como en túneles, en zonas urbanas con poca iluminación, en vías interurbanas y en condiciones atmosféricas adversas. Pero cada país tiene sus propios reglamentos, así que es importante consultar las leyes de circulación en el lugar donde nos encontremos.
No llevar las luces de cruce encendidas en estos casos puede suponer una multa, pero sobre todo un gran peligro para la seguridad de todos los conductores en la carretera. Es responsabilidad de cada uno asegurarse de que nuestro vehículo cumpla con todas las medidas de seguridad necesarias.