La sexta marcha es una de las velocidades más altas en una transmisión de automóvil. Su uso está diseñado para alcanzar la máxima eficiencia en autopistas y carreteras de alta velocidad.
Normalmente, la sexta marcha se pone cuando se ha alcanzado una velocidad constante y se ha alcanzado la velocidad de crucero. Esto se debe a que esta marcha está diseñada para mantener el motor en un rango de revoluciones más bajo, lo que reduce el consumo de combustible y el desgaste del motor.
Es importante recordar que no todas las situaciones requieren el uso de la sexta marcha. Si se está conduciendo en condiciones de tráfico intenso o en calles con muchas paradas y arranques, es posible que sea mejor mantenerse en velocidades más bajas para tener un mayor control del vehículo.
Además, también se debe tener en cuenta la potencia del motor y el terreno en el que se encuentra. Si se está subiendo una pendiente pronunciada, es posible que sea necesario cambiar a una marcha más baja para mantener la potencia y evitar que el motor se sobrecaliente.
En resumen, la sexta marcha se pone cuando se desea una mayor eficiencia en autopistas y carreteras de alta velocidad, siempre y cuando se haya alcanzado una velocidad constante y se esté conduciendo en condiciones adecuadas. Es importante utilizar el sentido común y adaptar el cambio de marchas a cada situación específica.