Una carretera verde es una vía construida teniendo en cuenta el impacto ambiental y la sostenibilidad del entorno en el que se encuentra. El objetivo es minimizar los perjuicios que causa la construcción y mantenimiento de la carretera en la naturaleza y, al mismo tiempo, fomentar una mejor calidad de vida para las personas.
Para la construcción de una carretera verde, se utilizan materiales sostenibles y renovables, como concreto reciclado, asfalto ecológico y paneles solares para la iluminación de la vía. Además, se plantan árboles y se crean zonas verdes que favorecen la absorción de CO2 y mejoran la calidad del aire.
Otras características de las carreteras verdes son el diseño de carriles exclusivos para bicicletas y áreas para peatones, la instalación de sistemas de drenaje sostenible que reducen la erosión del suelo y la contaminación de fuentes de agua cercanas. También se utilizan tecnologías eficientes para el transporte y la gestión del tráfico, lo que se traduce en una menor cantidad de emisiones de gases contaminantes.
En definitiva, una carretera verde es una alternativa sostenible y amigable con el medio ambiente, que busca lograr un equilibrio entre el desarrollo urbano y la conservación de la naturaleza. Con su implementación se fomentan ciudades más saludables y sostenibles para todos.