La visión periférica es la capacidad visual que nos permite percibir objetos, personas y cualquier tipo de estímulo, que se encuentran fuera del campo de visión central. Es decir, la zona de nuestra vista más aguda y nítida, que se encuentra en el centro de nuestro campo visual. En otras palabras, es la capacidad del ojo para detectar objetos o personas que se encuentran en los alrededores.
Nuestros ojos están diseñados de tal manera, que pueden recolectar información visual de manera periférica, mediante el uso de células sensoriales especializadas en la parte externa de la retina. La visión periférica es fundamental para la navegación, la anticipación de peligros y para la propia percepción de la profundidad y distancia en nuestro entorno.
Es cierto que la visión periférica no es tan detallada como la central, pero es mucho más amplia. Además, el cerebro es capaz de llenar los vacíos de la visión periférica, convirtiendo información incompleta en información coherente. Por ejemplo, uno puede tener una sensación general de lo que ocurre en el borde de su visión periférica, aunque no pueda ver con exactitud el objeto en cuestión.
La visión periférica es el campo visual que se encuentra más allá de la visión central y se utiliza para obtener información sobre lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Este tipo de visión es especialmente importante en la conducción, el deporte y la seguridad personal.
Para realizar la visión periférica, el ojo humano utiliza células especializadas llamadas células fotorreceptoras, que están ubicadas en la retina. Estas células captan la luz que entra en el ojo y la convierten en señales eléctricas que son enviadas al cerebro a través del nervio óptico.
El cerebro, a su vez, utiliza esta información para crear una imagen completa y detallada de nuestro entorno. A medida que nos movemos y exploramos nuestro entorno, nuestro cerebro ajusta continuamente nuestra visión periférica para mantenernos informados sobre lo que está sucediendo a nuestro alrededor.
Es importante tener en cuenta que la visión periférica no es tan detallada como la visión central, ya que las células fotorreceptoras son menos densas en la periferia de la retina. Sin embargo, la visión periférica es mucho más sensible al movimiento y la detección de cambios que la visión central.
En resumen, el proceso de realizar la visión periférica es un esfuerzo conjunto entre el ojo y el cerebro. A través de la captación de señales eléctricas y la interpretación de la información visual, nuestro cerebro nos permite percibir el mundo que nos rodea y mantenernos a salvo en todo momento.
La visión central es aquella que usamos para mirar directamente a algo que se encuentra justo enfrente de nosotros. Es gracias a ella que podemos leer textos, reconocer rostros y detalles finos de objetos. La visión periférica por su parte, se utiliza para percibir todo aquello que nos rodea fuera del campo de visión central.
La visión central y periférica se complementan y trabajan juntas para permitirnos ver en tres dimensiones y tener una percepción espacial precisa. El rol de la visión periférica es doble, ya que puede ayudarnos a mantener la posición corporal y a evitar colisiones, incluso sin habernos enfocado en los objetos.
En términos de anatomía, la visión central está asociada con la fóvea, una pequeña pero crucial porción de la retina en el centro del ojo. La visión periférica, por otro lado, es procesada por una zona mayor de la retina que se extiende alrededor de la fóvea.
Es importante cuidar nuestra visión central y periférica para prevenir problemas de vision que puedan afectar nuestra calidad de vida. Para hacer esto, una alimentación sana y equilibrada, un descanso adecuado, evitar el cigarrillo y una protección adecuada contra la luz ultravioleta son factores fundamentales.
La visión periférica se refiere a la capacidad del ojo humano para captar el entorno que rodea nuestra mirada directa. Si bien la capacidad visual central es esencial para distinguir detalles finos, la visión periférica es la que nos permite percibir el mundo en totalidad.
La visión periférica se extiende hasta unos 190 grados, lo que significa que un campo visual total abarca casi 360 grados. Sin embargo, en terminos practicos, nuestra vision periférica no es tan precisa y clara como la vision que tenemos en el centro del campo visual. Por lo tanto, en situaciones en donde se necesite precisión visual, es recomendable concentrar nuestra mirada en el objeto o punto central de interes.
Muchas actividades cotidianas que realizamos, como conducir, leer, o ver la television nos obligan a prestar atención a un punto en concreto, pero tambien requieren de cierta percepción periférica para poder percibir objetos o situaciones que no estan directamente frente a nosotros. Así, nuestro sistema visual se vuelve imprescindible para movernos en el día a día, interactuar con el entorno y adaptarnos a situaciones inesperadas.